El erizo M. tiene un inseparable amigo, un poco aventurero y sobre todo muy curioso. Se llama Alexis y es un pequeño zorro plateado.
Un día Alexis oyó hablar de unas montañas, a las que llamaban volcanes y que podían arrasar bosques y ciudades enteras, quemándolos o enterrándolas bajo montones de piedras, que estas primero eran como una pasta líquida ardiente y que cuando se enfriaban parecían piedras como cualquier otra.
Así que Alexis decidió un día, visitar una de esas montañas, se embarcó como polizón y fue directo a Nápoles…

Al desembarcar, no paró más que el tiempo justo para comerse un pedazo de deliciosa pizza napolitana, y fue directo hacia la montaña más alta que había visto desde el barco, el Vesubio. Las vistas desde la cima, eran magnificas, lástima que la niebla, no dejaba ver un poquito más alla… a la derecha Nápoles, por la izquierda Sorrento.
Cuando llego a la cima, un guía explicaba como la montaña todavía se encontraba activa y que cualquier día podía producirse una nueva erupción…



